El Neolítico (del griego νέος, néos: ‘nuevo’, y λίθος, líthos: ‘piedra’), Edad de Piedra Nueva o Pulida, es uno de los periodos en que se considera dividida la Edad de Piedra. El término fue acuñado por John Lubbock en su obra Prehistoric Times (1865). Inicialmente se le dio este nombre en razón de los hallazgos de herramientas de piedra pulimentada, en vez de tallada; es decir, en vez de golpeada, que era menos resistente,1 que parecían acompañar al desarrollo y expansión de la agricultura. Hoy en día se define el Neolítico precisamente en razón del conocimiento y uso de la agricultura o del pastoreo. Normalmente, pero no necesariamente, va acompañado por el trabajo de la alfarería.
Se puede situar el Neolítico medio o pleno entre el 3500 a. C. y el 2500 a. C. Es en este período que la alfarería alcanza su mayor difusión, con la importancia que tuvo para la vida del hombre. La alfarería de entonces corresponde al tipo llamado de alfarería con acanaladura que da idea de un mayor desarrollo de la cerámica en general. Llama la atención en este período la desaparición de los cultivos agrícolas, que adquirieron bastante desarrollo en la etapa anterior, y que en esta casi se extinguen o cuando menos retroceden en forma notoria. No se conoce la causa que motivó este fenómeno general.