La Revolución mexicana fue un conflicto armado que se inició en México el 20 de noviembre de 1910. Hoy en día, suele ser referido como el acontecimiento político y social más importante del siglo XX en México. Los antecedentes del conflicto se remontan a la situación de México bajo el porfiriato. Porfirio Díaz ejerció el poder en el país de manera dictatorial desde 1876. La situación se prolongó 31 años, durante los cuales México experimentó un notable crecimiento económico y tuvo estabilidad política. Estos logros se realizaron con altos costos económicos y sociales, que pagaron los estratos menos favorecidos de la sociedad y la oposición política al régimen de Díaz. Durante la primera década del siglo XX estallaron varias crisis en diversas esferas de la vida nacional, que reflejaban el creciente descontento de algunos sectores con el porfiriato.
El 14 de noviembre, Toribio Ortega, acompañado de cerca de setenta hombres, se adelantó en la lucha armada debido a que había sido descubierto y se había ordenado su aprehensión,51 por lo que se rebeló contra el gobierno federal en la localidad de Cuchillo Parado, en el estado de Chihuahua, uniéndose posteriormente a otro grupo rebelde maderista.52 El 20 de noviembre, fecha señalada para comenzar la Revolución Mexicana, tuvieron lugar 13 levantamientos: el primer levantamiento fue en el municipio de Gómez Palacio, Durango siendo esta la cuna de la revolución, el domingo 20 de noviembre de 1910 un grupo de rebeldes comandados por Jesús Agustín Castro asaltaron el banco de la ciudad y liberaron a los presos de la cárcel municipal invitándolos a formar parte de su causa, ocho en Chihuahua, una en San Luis Potosí y tres en Veracruz,25 todos principalmente en zonas rurales
Para acabar con el movimiento de Zapata, Carranza comisionó al general Pablo González Garza para que realizara una campaña de exterminio de la población. Las precarias situaciones de los habitantes, atenuadas por hambrunas y epidemias, también diezmaron a la población pero el movimiento zapatista persistió, por lo que González urdió un plan. Jesús María Guajardo, un coronel auxiliar de González, estando borracho o fingiendo estarlo, arremetió contra Carranza y González, cerciorándose de que un prisionero zapatista lo escuchara y más tarde le permitió huir. Cuando Zapata se enteró de lo dicho por Guajardo, lo invitó a integrarse a sus filas.